Julio Fernández es profesor del IEBEn los tiempos que vivimos, la incertidumbre respecto al futuro es cada vez mayor. Rescate, prima de riesgo, deudas… Uno se plantea cómo afectará lo que está ocurriendo a nuestro bienestar de los próximos años y si tendremos una pensión asegurada cuando acabe nuestra vida laboral.Los sistemas públicos de pensiones contienen pensiones contributivas (en las que se tiene en cuenta la cuantía cotizada a lo largo de la vida, laboral, los años, etc.), pensiones indirectas derivadas de aportaciones de terceros (viudedad, orfandad), y pensiones no contributivas (que responden a necesidades sociales sobrevenidas y que no requieren cotización previa). En cuanto a las pensiones por vejez o cesantía, son aquellas en donde el trabajador decide si se jubila a los 60, 65 o 67 años y dependerá de los años de cotización que tenga.Otro de los factores que afecta a las pensiones es el nivel de envejecimiento de un país. En este sentido, España se sitúa en un ‘pirámide poblacional regresiva’ o una pirámide poblacional ‘envejecida’. ¿En qué me baso? Por un lado, la natalidad en España acumula ya tres años consecutivos de descensos, tras registrar una caída del 3,5% en 2011. La edad media de sus madres se elevó a 31,4 años y la media de vástagos por cada una cayó a 1,35. El año pasado se registró el crecimiento vegetativo más bajo desde 2005. Y en última instancia, la esperanza de vida al nacer se elevó a los 81,9 años. Podemos añadir también que una cuarta parte de la población española se acerca a la edad de jubilación, que actualmente supone más del 20% de la misma, y que en el segundo trimestre de este año el desempleo llegó al 24,63%, con 5.693.100 parados (máximos históricos en ambos casos).Todo esto provoca un doble efecto negativo en el sistema de reparto de caja, ya que no sólo deja de obtener los ingresos de los más de cinco millones de parados, sino que además un tanto por ciento muy elevado de estos generan un gasto muy importante en concepto de prestación por desempleo. El sistema no se sostiene y debemos tender hacia otra ecuación.Si los trabajadores de hoy pagan a los pensionistas de hoy y dentro de unos años se duplicará el número de jubilados, pero no el de cotizantes, ¿quién pagará las pensiones de los jubilados de mañana? Puede resultar injusto para los jóvenes que están garantizando las pensiones de los jubilados hoy y no recibirán en un futuro una pensión proporcional a lo cotizado. Deberíamos orientar el régimen actual hacia un sistema de capitalización individual, en el que cada trabajador reserve una parte de su salario para crear su propia renta de jubilación.Aunque no se modifique el sistema, la obligación de pago de los jóvenes se incrementará con creces, los trabajadores tendrán que aportar mucho más al sistema, bien sea con cotizaciones o con impuestos, y recibirán mucho menos en el futuro. Por tanto, respondiendo a la pregunta que formulaba al comienzo de este artículo sobre si tenemos las pensiones aseguradas, siento comunicar que, en mi opinión, no. La población envejece a un ritmo frenético y para mantener el Estado de bienestar urgen ya algunos cambios.
Un comentario de “¿Tenemos aseguradas nuestras pensiones?”
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Totalmente de acuerdo. El futuro de las pensiones con el actual sistema de financiación es totalmente inviable y creo que la solución pasa por el cambio hacia un sistema de capitalización individual como bien se comenta en el blog.