Pendientes de una revisión profunda

Por Jesús Pérez, profesor del IEB y analista financiero independiente.

Los planes de pensiones son un vehículo de ahorro previsión principalmente enfocados hacia la jubilación, muy avanzados en los países desarrollados. Según el país, el despegue de estos sistemas colectivos de ahorro privado es mayor o menor. Por ejemplo, en el caso de Reino Unido, Holanda, Estados Unidos, Australia, etc. es el sistema de ahorro principal de los trabajadores, ya sea en su modalidad de sistema de empleo –donde la iniciativa en la creación y aportación viene del promotor: la empresa para la que trabaja el ciudadano, más allá de que éste también pueda realizar aportaciones individuales– o bien individual –donde la iniciativa de la aportación viene del propio individuo–.

En el caso de España, aunque estos vehículos de ahorros están disponibles desde que apareció la Ley de Planes y Fondos de Pensiones en 1987, su evolución no ha sido equivalente a otros países comparables, debido a diversas circunstancias. En primer lugar, el sistema público de pensiones español es muy amplio en cuanto a las coberturas que otorga: jubilación, fallecimiento, invalidez… Según datos de la OCDE en su estudio anual «Pensions at a Glance 2019», la tasa bruta de reemplazo (lo que representa la pensión respecto del último salario) en España para un salario medio es del 72,3%. Para ponerlo en perspectiva, se puede resaltar que la media de los países de la OCDE es del 49%.

Este último es un factor importante para entender por qué los ciudadanos no valoran, en general, los planes de pensiones, y prefieren dedicar su ahorro a otros menesteres actuales, como la compra de vivienda, ocio, coche, etc. Como verificación de lo anterior, se observa una concentración excesiva del ahorro de las familias en activos inmobiliarios que llega a ser entorno al 70%, poco líquidos y cuyo precio está asociado al devenir de la economía del país, en comparativa con el bajo ahorro en instrumentos financieros líquidos y diversificados internacionalmente (fondos de inversión, planes de pensiones, seguros de ahorro…).

Pero el problema del sistema público de pensiones es su sostenibilidad, ya que su sistema financiero es de reparto, por lo que la pensión que cobran los jubilados se financia con las aportaciones corrientes mensuales de los trabajadores activos, y esto está actualmente en cuestión debido a la inversión de la pirámide poblacional y a la vulnerabilidad del mercado de trabajo en España.

Como incentivos para aumentar la inversión en planes de pensiones se propone:

1. Informar desde las entidades comercializadoras de planes individuales y desde las comisiones de control de los planes de empleo a los partícipes, mediante simulaciones del déficit potencial que puede tener el partícipe si no aporta y depende sólo de la pensión de la Seguridad Social. De esa forma dará sentido a sus aportaciones al buscar un objetivo de pensión concreto.

2. Modificar la fiscalidad de los planes individuales, de forma que las aportaciones no reduzcan de la base imponible general, pero que en la prestación, para aquellas procedentes de aportaciones de más de 20 años de antigüedad, la plusvalía generada esté exenta, integrándose en la base del ahorro.

3. Que se permita la arquitectura abierta de fondos de pensiones individuales, igual que ocurre con los fondos de inversión de gestoras internacionales. De esa forma aumentaría la competencia en la gestión de las inversiones de éstos, revirtiendo en mayor rentabilidad para el partícipe. Esto ya se puede hacer con los planes de empleo por la directiva europea IORP II.

4. Que se habilite de forma real desde las comisiones de control de los fondos de empleo la posibilidad de que el plan pueda adscribirse a más de un fondo de pensiones, es decir que haya varias políticas de inversión posibles, de forma que el partícipe decida –en función de criterios objetivos– el perfil de rentabilidad-riesgo al que quiere acceder en el tiempo.

En definitiva, el ahorro previsión a través de planes de pensiones privados en España necesita de una revisión profunda, de forma que sea un pilar que realmente haga su función de complementar la pensión pública de los jubilados.

Tribuna publicada en ABC.