10 preguntas para el Día Mundial del Ahorro

Hoy se celebra el Día Mundial del Ahorro, una efemérides que desde 1924 trata de recordar a los ciudadanos la importancia de contar con un colchón financiero para el futuro. Pero en España tenemos poco que festejar: pese a la recuperación económica, desde 2015 la tasa de ahorro de los hogares ha descendido sin encontrar suelo, y a cierre del primer trimestre se situaba en el 5,1% de la renta bruta disponible, frente al 12,3% medio de la zona euro.

Según el último boletín trimestral de la CNMV, el 30% de los hogares de menor renta (por debajo de 14.500 euros anuales) solo podrían hacer frente a sus gastos durante un mes si perdieran su principal fuente de ingresos. Por su parte, el 15% de estos hogares tan solo podría hacer frente a sus gastos durante una semana.

¿Por qué el ahorro parece ser una asignatura pendiente en España?, ¿qué hábitos podemos desarrollar para mejorar nuestra salud financiera? Javier Niederleytner, profesor del Master en Bolsa y Mercados Financieros; y el profesor Jesús Pérez aportan algunas claves para comprender la evolución del ahorro en nuestro país.

¿Por qué los españoles cada vez ahorramos menos?
Jesús Pérez aclara que “no es que ahorremos menos, sino que ahorramos de una forma diferente a como deberíamos hacerlo”. “El español medio tiene una concentración muy elevada en el sector inmobiliario”, un hábito que, en vista de la evolución esperada de la pirámide poblacional, augura nuevos descensos del precio de la vivienda.

¿Necesito tener un sueldo elevado para poder ahorrar?
Javier Niederleytner cree que no es imprescindible tener un alto poder adquisitivo para poder ahorrar y que “es una cuestión de prioridades” y de tener en cuenta que “el futuro viene antes de que nos demos cuenta”. El profesor aconseja al ahorrador primerizo adoptar el hábito de separar cada mes parte del sueldo y destinarlo al ahorro, en la medida de las posibilidades de cada cual.

¿Qué hace falta para que la recuperación económica se refleje en el ahorro de los españoles?
El crecimiento económico y la creación de empleos no termina de reflejarse en el ahorro de las familias o no con la intensidad que cabría esperar. Javier Niederleytner considera que aún es pronto para ver una mejora de estas cifras, ya que para ello primero es necesario que el mercado laboral siga mejorando, tanto en el número de nuevos puestos de trabajo, como en su calidad.

¿Hemos aprendido de la crisis?
El descenso del ahorro de los hogares recuerda a los años previos al inicio de la crisis, cuando las familias gastaban más de lo que ingresaban. Sin embargo, el profesor Javier Niederleytner matiza que este descenso viene acompañada de unos menores niveles de deuda privada. “Hay mucha deuda heredada del pasado, que obviamente hay que pagar”. En esta línea, el último boletín de la CNMV refleja que el proceso de desapalancamiento de los hogares ha sido prácticamente constante desde 2008, lo que refleja que los españoles son más conscientes de la importancia de controlar los gastos.

Aún soy joven ¿Debo prepararme cuanto antes para la jubilación?
Javier Niederleytner cree que “el mayor peso del ahorro debe ir precisamente enfocado a la jubilación” lo antes posible. “Si se quiere mantener el nivel de vida después de nuestra vida laboral, no queda más remedio”, concluye el docente.

¿Hasta qué punto es importante complementar nuestra pensión pública con ahorros? 
El profesor Jesús Pérez explica que todo dependerá de la tasa de sustitución -pensión pública frente a nuestro último salario- que busque el ciudadano. Dada la evolución prevista de la pirámide poblacional, la tasa de sustitución va camino de reducirse desde el entorno actual del 80%, hasta niveles del 55%-60%. “Esto supone que el ciudadano si quiere jubilarse con una pensión superior deberá realizar un esfuerzo de ahorro privado durante su vida laboral activa”.

¿Qué porcentaje de los ingresos es aconsejable que procedan del ahorro?
Jesús Pérez explica que esto dependerá de la situación particular de cada ciudadano, ya que existe una pensión máxima, por lo que “a mayores salarios, mayores déficits a la jubilación si solo se espera recibir la pensión pública”. De este modo, si un ciudadano quisiera recibir el 75% de su último salario como pensión, y la tasa de sustitución desciende al 60%, debería ahorrar para complementar su pensión pública en un 15%.

¿Son los planes de pensiones de producto de ahorro más adecuado?
Jesús Pérez señala que los planes de pensiones no son un mal producto, pero tienen limitaciones que los hacen menos atractivos: iliquidez, limites a las aportaciones, su consideración como renta de trabajo, una menor rentabilidad frente a fondos de inversión comparables, etc. El profesor considera que hay otras alternativas más atractivas, como los fondos, los ETF, los seguros unit linked o las carteras de inversión en acciones y renta fija. El docente añade que, al igual que en EEUU, los productos de inversión destinados a la jubilación deberían tener un tratamiento fiscal más favorable.

En Europa se ahorra más ¿es una cuestión de salarios, pensiones o filosofía de ahorro?
Jesús Pérez destaca que el ahorro medio en Europa se destina en un 85% a productos financieros y el 15% restante a inmobiliario. Por el contrario, “el ciudadano español ahorra, pero de una forma diferente”, destinando el 80%-90% del ahorro al ladrillo. El ciudadano entiende que ya está ahorrando para su jubilación a través de sus aportaciones y las que la empresa hace por él, y espera que cuando se jubile, le paguen la pensión. “Lo que pueda ahorrar no lo invierte pensando en su jubilación, sino como inversión, especialmente en inmuebles”.

¿Cómo trasladar a la sociedad la necesidad del ahorro?
“Informando y explicando con claridad y sencillez que el sistema es de reparto y que no hay una base de cotizantes suficiente para sufragar las pensiones de los jubilados en las próximas décadas” explica Jesús Pérez. El profesor considera imprescindible comunicar a cada ciudadano su pensión pública esperada para que, con el asesoramiento adecuado, pueda calcular cuánto debe ahorrar cada año para cubrir el déficit de su pensión pública.