Álvaro Rico es Secretario General y Coordinador Académico del IEB En el año de consolidación de proyectos importantes del IEB (implantación de los estudios del Grado en ADE, Master de Acceso a la Abogacía, acuerdo con la Chinese University of Hong Kong, entre otros), se empieza con ilusión un nuevo curso académico y político.Mi primer deseo para este nuevo curso es pedirle a los empresarios españoles que sean valientes en la generación de empleo y justos y generosos en la retribución de sus colaboradores. El empleo de calidad es muy rentable, pues motiva e involucra al trabajador y lo alinea con los intereses de la empresa. Si no, acabaremos haciendo de nuestros empleados puros mercenarios, al ser tratados otra vez como simple mano –o cerebros- de obra y se muevan exclusivamente por motivos económicos.Vivimos un año de inestabilidad política, que –en ocasiones- hace zozobrar la frágil recuperación económica, causada por dos motivos: el órdago que determinada parte de la clase política lanza desde Cataluña con amenazas de declaración unilateral de independencia si ganan unas elecciones a la autonomía, y la consolidación de nuevos partidos políticos que atomizan los resultados electorales, y hacen pasar las investiduras por pactos a demasiadas bandas, en ocasiones; y, con planteamientos más radicales, que bajo la excusa de mejoras sociales, descuidan, en exceso, la estabilidad financiera de las arcas públicas. En todo caso, la política de pactos genera mayor democracia, al obligar a consensos. En esta línea, mi segundo deseo es que nuestros políticos tengan amplitud de miras y gobiernen pensando en la mayoría, en la estabilidad, en el sentido de unidad y en el largo plazo.Dentro de esta política de pactos se echa de menos desde nuestro ámbito, el educativo, un mayor consenso o, puestos a pedir, un pacto de Estado, que dote de cierta estabilidad al sistema, tanto en educación obligatoria como en ciclos superiores. La falta de continuidad de un modelo sólido, y asesorado por el sector educativo en todos los niveles, hace que estemos a la cola de Europa y que, disponiendo de unos medios excepcionales respecto a la media de los países desarrollados, nuestros resultados estén muy lejos de las expectativas. No es posible hacer de nuestros hijos hombres y mujeres de mundo si ponemos como núcleo de la formación el conocimiento de la lengua y de la bandera correspondiente; y que lo hagan, no es incompatible con transmitir conocimientos y habilidades que les serán mucho más útiles en su desarrollo personal y profesional.No sólo se trata de dotar a todas las capitales de provincia de su propia universidad pública o campus respectivo, sino de dimensionar los medios a la población correspondiente, y dedicar los recursos financieros a la mejor preparación de los profesores, a la financiación de la investigación empírica dentro de la Universidad, a una política de becas basada en méritos y recursos, a una mayor dotación de tecnología para el aprendizaje, y a un sistema de financiación y de recursos más optimizado. Podemos discutir el modelo universitario 4+1 o el 3+2, pero sin lo anterior quedará en un camino a medio hacer. Éste es mi tercer deseo para este año, y que se lo pido, especialmente, a los diputados electos que salgan de las urnas el próximo mes de diciembre. Siempre me quedará, si no, pedírselo unos días más tarde a los Reyes Magos.Os deseamos, como cada año, muchos éxitos profesionales y, sobre todo, alegrías personales.
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