Nuevas tendencias en la gestión estratégica de la RSC en la banca

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La industria bancaria ha hecho un enorme esfuerzo de simplificación, recapitalización y saneamiento de sus balances en estos últimos años (con provisiones en cantidades equivalentes a un 30% del PIB, en el caso de los bancos españoles), para el fomento de buenas prácticas, medidas y ajustes realizados recientemente en materia de RSC, según destaca Jorge Medina Aznar, director y profesor de Programas de Banca Responsable del IEB.

En este sentido, la necesidad de reforzar el gobierno corporativo de las entidades, la mayor transparencia en las actuaciones comerciales y el aumento de la sensibilidad hacia los asuntos ambientales y socioeconómicos, pone de manifiesto la demanda de nuevo talento de profesionales expertos en materia de innovación y sostenibilidad de la banca. Pablo Cousteau, Director de Programas Especializados del IEB, explica: “desde IEB somos conscientes de las significativas inversiones y recursos que están dedicando actualmente los bancos a facilitar soluciones responsables a los temas de mayor calado social en España, no obstante, es necesario que las instituciones financieras cuenten con perfiles especializados en la transformación e innovación de una banca más inclusiva y responsable”.

En línea con esta creciente demanda de talento, el IEB ofrece formación en gobierno corporativo, inclusión financiera e impacto social a través del Programa Executive Inclusive Responsible Banking and Finance, organizado en colaboración con WSBI (World Savings and Retail Banking Institute) y LSE (London School of Economics), dos de los actores internacionales más importantes dentro del sector bancario y académico.

El programa, que dará comienzo el próximo 29 de septiembre, busca formar a los profesionales de la industria para implementar los cambios culturales necesarios dentro del sector bancario y financiero. Medina destaca que “la implantación de principios y valores de la banca en todas sus actuaciones es un proceso imprescindible para asumir los nuevos retos y cumplir con las funciones sociales básicas que la sociedad y los mercados financieros han encomendado al sistema financiero: financiar la economía, proteger los depósitos de los clientes y promover la estabilidad financiera”.

Desde IEB, consideran que es necesario que los propios bancos, las asociaciones bancarias y reguladores realicen campañas informativas de todas estas buenas prácticas, para que los bancos españoles salgan de los últimos puestos de los índices de confianza, mejoren su imagen y sean realmente una opción atractiva de trabajo para las nuevas generaciones.

Ejemplo de estas actuaciones orientadas a mejorar la economía y el desarrollo social son los asuntos de cambio climático o impacto ambiental: proyectos de financiación e inversión a empresas que fomentan las energías limpias y el compromiso con la sostenibilidad, el ahorro energético o la reducción de gases efecto invernadero, entre otros aspectos.

Siguiendo esta nueva tendencia, gracias a la inversión socialmente responsable y a los pactos de sostenibilidad entre países amparados por las Naciones Unidas, los bancos tendrán grandes oportunidades de negocio en los próximos años. No obstante, tanto los bancos como los Gobiernos, deberán establecer criterios éticos y sociales en la asignación más óptima de los recursos y en la selección de los proyectos de inversión, así como evaluar y gestionar los riesgos.

“Es importante conseguir que las actuales y futuras iniciativas de RSC surjan de la propia actividad de negocio bancario y, por tanto, se integren y estén alineadas con la estrategia de las entidades”, señala el director del Programa Executive Inclusive Responsible Banking and Finance. En la actualidad, se aprecia una mayor predisposición y, en la mayoría de los bancos los asuntos RSC ya forman parte de la agenda de la dirección de esas entidades. “El reto que tienen por delante es llegar a disponer de herramientas que les permitan medir o evaluar las estrategias de RSC, para ofrecer resultados visibles y tangibles que comprometan a los directivos a gestionar estos indicadores no financieros” añade el profesor del IEB.