La UE debe aprender a jugar en equipo

Por Luis Fernando Utrera, profesor del Master en Bolsa y Mercados Financieros.

De crio soñaba con ser delantero y meter goles, pero siempre me ponían de defensa (sería por las patadas que daba). Jugar en equipo supone que no siempre puedes hacer lo que quieres. Es lo que a veces nos pasa con la Unión Europea. Por un lado, están los límites fijados por la UE; por otro, los compromisos asumidos en el anterior presupuesto: subida de pensiones y aumento de salarios públicos, o los 8.000 mm€ extra, incluidos en la propuesta socialista de abril pasado: lucha contra la pobreza, desempleo en mayores de 50 años y educación.

Para la UE, el ajuste presupuestario está fuera de toda discusión, así que cualquier crecimiento en gasto debe respaldarse con nuevos ingresos. Algunas directrices del Presupuesto de la UE van contra la naturaleza “teórica” del nuevo Ejecutivo (más gasto en Seguridad y Defensa, recortes en Fondos de Cohesión y Política Agraria Común) y otras no: políticas medioambientales y una Europa Digital que compita con EEUU y Asia.

La Europa Digital obligará a apostar por investigación, innovación y uso de nuevas tecnologías, lo que implica gasto, pero no hay otra. Lo exige en capitán del equipo. Si hacemos caso de la propuesta socialista, compensará el gasto con: más impuesto de sociedades, más IRPF, impuestos verdes y lucha contra el fraude.

Temas espinosos: inmigración ilegal y reforma laboral. Hasta ahora, la inmigración en España no ha sido un problema, como lo es en Italia y otros países del Este. Resulta insólito que el país con una de las tasas más altas de paro de la OCDE, no haya tenido, hasta ahora, contestación social, porque el nicho donde subsiste la inmigración ilegal es en la economía sumergida, aceptando salarios más bajos y ocupando el puesto de “legales”. Episodios como el Aquarius, dan portadas, pero sabemos que esa política es insostenible estando tan endeudados, sin tener que pagar réditos electorales, al generar recortes o nuevos impuestos que castiguen a los ciudadanos. No olvidemos que Europa no piensa modificar los objetivos de Déficit/Deuda exigidos a España, en la senda de la consolidación fiscal.

Junker ha indicado que debe haber una política común en inmigración, homogeneizando condiciones de asilo, reforzando el Frontex (seguridad de fronteras) y actuando en los países de origen, con ayudas al desarrollo que eviten el éxodo masivo. Además, tenemos la creación de una fuerza europea de intervención militar, al margen de la OTAN. Todo eso, es dinero que se quita de otros epígrafes del presupuesto europeo.

Sobre la Reforma Laboral, hay dos realidades: primero, que ha sido uno de los factores detrás de la casi milagrosa recuperación del empleo. Segundo, el alto grado de precarización mantenido. Una parte importante de la recuperación de la competitividad ha recaído en la devaluación salarial. Ahora los beneficios empresariales han crecido.

Por qué no pedir a las empresas un esfuerzo para reequilibrar la balanza. Igual que pedimos a los trabajadores sacrificios, debemos reconocer que un país sin hijos, no tiene futuro y eso pasa por mejores salarios para poder pedir préstamos (y pagarlos), planificar una familia y aportar fondos para pensiones, dinamizando consumo y crecimiento. Es decir: beneficios empresariales. Estamos en el puesto 60 del mundo en términos de libertad económica, detrás de Eslovaquia y delante de Filipinas.

Luego, también el Gobierno puede mover ficha para favorecer la creación de empresas y un crecimiento empresarial que genere empleo. Con este comentario, espero mover a la reflexión de si es mejor incrementar los ingresos del Estado vía más impuestos a las empresas (penalizando el empleo), vía IRPF (menos capacidad de gasto familiar) o vía impuestos indirectos (consumo). Necesitamos un pacto nacional en que todos salgamos beneficiados. No hay demasiada esperanza, pero ojalá hagamos lo que es debido: que el consumo tire del empleo y que las empresas repartan sus beneficios con los accionistas, pero también con los empleados.

El empleo es la clave y se evidencia en la (in)viabilidad del sistema de pensiones. Su reforma está fuera de discusión, pero que sea pactada, razonable y, sobre todo: que tenga futuro.

Me temo que el nuevo gobierno va a ser como yo, cuando jugaba de defensa. Si no te gusta el puesto, te quedas fuera del juego.

 

Tribuna publicada en EFE