“La pregunta es: si hay paz, ¿cómo será el resultado final? ¿Quién será el gran beneficiado?”

La guerra en Ucrania ha puesto contra las cuerdas la unidad de la Unión Europea y ya hay quien habla de un agrietamiento. Según José María Viñals, director de nuestro Máster en Relaciones Internacionales y socio de Squire Patton Boggs, “la Unión Europea siempre ha tenido este tipo de divergencias constructivas pero”, destaca, “hasta ahora siempre ha sido capaz de encontrar el consenso”.

La gran pregunta es si el tope al precio del petróleo y gas ruso será otro de estos debates constructivos o generará fracturas internas. También existen dudas sobre su utilidad: podría traer consecuencias adversas y resultar contraproducente. Hungría se muestra contraria a esta medida, alimentando los temores a que esta sea otra señal del resquebrajamiento de la UE, que ya tuvo que enfrentarse al desafío del Brexit.

En Italia, Meloni ha dejado claro que no está alineada con la política europea respecto a Rusia; y para empeorar las cosas, posiblemente cuente con dos socios de gobierno (Berlusconi y Salvini) que son amigos declarados de Vladimir Putin.

La fragilidad de la UE es la gran apuesta de Putin a largo plazo para ganar la guerra de desgaste en Ucrania. De momento, el Kremlin está escalando el conflicto con el reclutamiento de hasta 300.000 reservistas. Estas tropas no marcarán un punto de inflexión en el campo de batalla, por la falta de experiencia militar, equipamiento y oficiales disponibles; pero permitirán ganar tiempo a Putin, alargando un conflicto que está poniendo a prueba tanto la unidad de Europa, como el apoyo a la guerra dentro de Rusia.

“Estamos notando cansancio en los dos bloques de la guerra de Ucrania”, señala el profesor Viñals. Cada vez es más difícil alcanzar un consenso unánime para imponer sanciones, pero las medidas de Rusia también reflejan desesperación. La gran pregunta es quién será el beneficiado por un acuerdo de paz. Porque incluso si Ucrania gana la guerra, Europa podría fragmentarse en el proceso; y en el caso de que Rusia sea el ganador, podría ver amenazada su influencia en Asia Central frente a Turquía, India y China, aliados teóricos que en la práctica están aprovechando el conflicto para aumentar su área de influencia y convertirse en los grandes jugadores geopolíticos de la zona.