IEB e Incae Business School impulsan un programa de Transformación Digital e Innovación en Servicios Financieros

El mundo está viviendo su cuarta revolución industrial, que hará que para el año 2021 al menos el 50% del PIB proceda de la economía digital. Sin embargo, el 84% de las empresas aún fracasan a la hora de emprender su transformación digital. Desde el IEB, pionero en la formación de Innovación Digital y Finetch; e Incae Business School, considerada una de las mejores escuelas de negocio de América Latina, se dio inicio a un primer programa especializado en esta temática con profesionales de países de Iberoamérica, fundamentalmente directivos que están inmersos en procesos de transformación e innovación financiera.

El encuentro, celebrado este mes de junio, abordó cuestiones como emprendimiento y disrupción digital: la irrupción de los nuevos competidores, las tendencias en el mundo de las fintech o las oportunidades de negocio y la transformación de los medios de pago. Asimismo, se profundizó en algunas de las tecnologías disruptivas que están transformando la economía, como el internet de las cosas, la inteligencia artificial, el blockchain o la computación cuántica. El programa hizo especial hincapié en el sector financiero, que es el que más ha abrazado la transformación digital en su actividad.

La importancia del factor humano

Sin embargo, esta transformación también representa un reto para las empresas de todos los sectores, que deberán adaptar sus cadenas de valor a las nuevas condiciones de la economía digital. Según Miguel Ángel Barrio, director del programa de Innovación Digital y Fintech del IEB, “la transformación digital no solo va de tecnología, sino también de cultura y personas. La tecnología es un facilitador, pero las personas son el porqué de esta revolución. Las personas son los agentes del cambio”.

Los principales obstáculos a la digitalización son comunes en todas las industrias y abarcan desde la resistencia al cambio, una formación insuficiente o la falta de inversiones. Pero entre los desafíos también figura la necesidad de prestar mayor atención al factor humano.

Por ello, el profesor considera que en “en este nuevo paradigma digital son necesarias nuevas habilidades y capacidades”, ya que “las tareas no automatizables tendrán un valor incalculable”. De este modo, las empresas valorarán cada vez más que los profesionales cuenten con soft skills como creatividad, intuición, socialización, ética, etc.

En este entorno, la verdadera amenaza para las empresas no serán los competidores tecnológicos, sino la insatisfacción del consumidor digital o la incapacidad para retener el talento.