Entrevista a Laura Camarero Mulas, subdirector del Master de Acceso a la Abogacía. Laura, que también es profesora de piano, nos habla de su experiencia en el IEB.
Recientemente has sido nombrada Counsel de Baker McKenzie en Madrid: ¿Qué destacarías como esencial para el crecimiento profesional dentro de una gran firma?
En mi experiencia personal, las claves para avanzar profesionalmente dentro de los grandes despachos son básicamente tres. La primera, el compromiso con la calidad. En efecto, no cabe renunciar a la permanente búsqueda de la perfección en cada escrito, en cada comunicación. Si bien es algo inalcanzable y además sujeto a subjetividades, la exhaustividad en el análisis, el esfuerzo por la comprensión del problema y la claridad con que hemos de transmitir nuestras soluciones y sugerencias han de ser nuestra guía.
En segundo lugar, destacaría la ilusión por el trabajo. Nuestra profesión irremediablemente implica un sacrificio personal y una carga de trabajo muy considerables. Es una carrera de fondo. Así, es clave mantener la pasión por lo que hacemos, por ayudar a los clientes por identificar las distintas alternativas que puedan permitir llegar a la mejor solución para el cliente y la defensa de sus intereses.
Y, por último, el compañerismo. Sin unas relaciones humanas basadas en el respeto y la comprensión, es casi imposible ser un buen abogado. Hemos de esforzarnos cada día por intentar aportar una dosis de felicidad a aquellos que nos rodean y con los que pasamos gran parte de nuestra vida. Es necesario aprender de los compañeros, valorar sus aportaciones y crecer conjuntamente en el conocimiento y la práctica de la profesión.
¿Qué te lleva a incorporarte al proyecto del IEB, primero como docente y después como Subdirectora del Master de Abogacía?
Fue mi compañero de despacho Jesús Santos, socio director del Área de Derecho Penal y entonces Director del Master de Abogacía, quien me animó a sumarme al proyecto del IEB, efectivamente primero como docente y poco después como Subdirectora del mismo.
Lo cierto es que no dudé ni un segundo en unirme al IEB, no sólo por la atracción que siempre ha despertado en mí el mundo de la enseñanza (mis padres son profesores y desde pequeña he sentido gran admiración por la profesión), sino también por la perspectiva con la que se orienta la transmisión de conocimientos y el trato con el alumno en el IEB y, en particular, en este Master.
Mi experiencia en esta casa no ha hecho más que corroborar lo acertado de mi decisión.
Coméntanos qué destacarías de tu trabajo en el IEB.
La calidad humana y profesional de todos aquéllos con los que trato más directamente: Marta Travado y Tania Guillén, en lo que respecta a la coordinación del Master, y Jesús Mardomingo, compañero de profesión y Director del mismo. Es un placer trabajar con ellos. El buen ambiente que se respira en el centro hace que uno se sienta como en casa cuando entra por la puerta.
Y el entusiasmo e interés de los alumnos. Desde que les entrevistamos para valorar su acceso al Master hasta que les vemos obtener sus títulos en el Palacio de la Bolsa transcurren muchos meses, en que somos testigos de su crecimiento en lo personal y lo profesional. Sentirse un poquito responsable de ello genera una gran satisfacción.
¿Qué consideras que debe motivar a los alumnos para hacer el Master de Acceso a la Profesión de Abogado?
El enfoque práctico del Master y poder contar con profesores que ejercen como abogados y que transmiten su experiencia y vivencias permiten vivir desde cerca cómo es nuestro día a día. Durante la carrera es muy difícil tener un acceso tan directo a profesionales del Derecho tan directo a profesionales del Derecho tan diversos y cualificados.
Ello permite a los alumnos poder valorar de un modo más fundado su incorporación al mundo de la abogacía y, en aquellos casos en que no tuvieran una vocación ya definida, decidir el área legal al que les gustaría dedicarse. En mi experiencia, los jóvenes abogados que han cursado el Master se incorporan con una madurez y enfoque prácticos superiores a los que teníamos muchos de los que no tuvimos que realizar el mismo.
Los Masters Jurídicos del IEB son una oportunidad para acercarse al mundo laboral y al auténtico ejercicio de la profesión
¿Qué destacarías de la actual generación de estudiantes?
Si bien hay una tendencia generalizada a considerar que todo tiempo pasado siempre fue mejor, creo que las nuevas generaciones tienen un dinamismo y una seguridad que antes no eran tan habituales.
Es cierto que son exigentes, muchas veces por la velocidad con la que ahora fluye la información y el mayor acceso a la misma, pero observo también que ello viene ligado a un interés y un entusiasmo que no dejan de resultar admirables. Y esa mayor exposición a un gran volumen de datos hace que tengan una visión mucho más global y pluridimensional de la que creo que podemos, y debemos, aprender.
¿Qué destacarías como elementos diferenciadores del IEB?
La calidad del claustro de profesores. Muchas veces me planteo ¡cuánto aprendería si me apuntase yo a las clases como alumna! Asimismo, el gran valor añadido que aporta la posibilidad de cursar una especialización, bien en el ámbito de los Mercados Financieros, bien en materia de Derecho Penal Económico.
Creo que es un lujo terminar el Master con este plus de conocimientos que, sin duda alguna, les permitirá posicionarse mejor en el mercado laboral y tener un mayor entendimiento de los problemas jurídicos que se les planteen posteriormente en el ejercicio de la profesión. Y todo ello combinado con el trato humano y cercano que impera en el centro y en todos los profesionales que lo integran.
¿Qué novedades está experimentando el sector jurídico en la actualidad?
El sector jurídico se caracteriza por la rapidez con la que debe adaptarse a los cambios sociales y económicos que, especialmente ahora, se suceden a velocidad vertiginosa.
Si bien nuestro objetivo principal no deja de ser ayudar a nuestros clientes y prestarles el mejor asesoramiento posible, unido a la confianza y seguridad que debemos transmitirles, es cierto que las nuevas tecnologías y el mayor acceso a la información hacen que los clientes tengan un mayor abanico de posibilidades, así como una mayor capacidad para contrastar opiniones y conocimientos.
Asimismo, la publicidad y difusión mediáticas de determinados casos hace que en muchos casos los clientes acudan a nosotros con opiniones preconcebidas, que muchas veces resultan equivocadas.
¿Cómo debemos prepararnos para para enfrentarnos a estos cambios?
Ante el reto de los cambios tecnológicos y del mundo de la información, nuestra prioridad debe seguir siendo la calidad y la cercanía. Hoy más que nunca, hay que distinguirse por la excelencia técnica, la profundidad del conocimiento, y el trato personalizado y enfocado a las necesidades particulares de cada uno de nuestros clientes.
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