El valor de las startups

Rodrigo_mini Rodrigo García de la Cruz. Director del programa de Innovación y Tecnología Financiera del IEB   Los métodos tradicionales de valoración como el descuento de flujos (DCF) o múltiplos comparables suelen aplicarse muy bien a grandes compañías con estabilidad en sus cuentas de resultados, como pueden ser Iberdrola, Telefónica o Repsol, o cualquier otra compañía mediana. Pero valorar a empresas de alto potencial de crecimiento, con modelos de negocio muy diferentes, en entornos de máxima incertidumbre y sin cuentas de resultados claras es realmente muy complejo.Valorar startups conlleva un mayor grado de complejidad, puesto que en muchos casos se valoran el número de usuarios, su escalabilidad mundial o su rápida adopción, al no tener una cuenta de resultados totalmente definidas y con visibilidad en el medio plazo, muchas veces incluso en el corto. Si nos enfocamos en las pequeñas startups, las que están en sus primeros años de vida, aumenta más aún la complejidad de determinar cuál podría llegar a ser su valor exacto cuando llega el momento de la primera ronda de financiación.Por ello, un grupo de alumnos del Master de Corporate Finance del IEB ha desarrollado un innovador modelo de valoración de startups que sirve para que tanto emprendedores como inversores sepan cuánto vale realmente su proyecto o negocio en cualquiera de los diferentes estados de crecimiento e independientemente de la actividad en la que se encuentren.Para realizar este ejercicio ha sido necesario realizar un profundo análisis de las metodologías tradicionales de valoración: Descuento de Flujos de Caja, Múltiplos, Opciones Reales y Montecarlo, a la vez que se han determinado la combinación óptima de estos métodos en cada caso ser la mejor para llegar al mejor resultado final. Esta metodología cuenta con un complejo desarrollo matemático en el que se tienen en cuenta diferentes escenarios con probabilidades y mallas binomiales para las distintas rondas de financiación.El objetivo de este proyecto ha sido el de tender puentes entre los emprendedores e inversores, tratando de llegar a un rango de valoración para las startups que ayude a clarificar la inversión por parte del inversor y el valor de la compañía para el emprendedor. Además, no sólo se pretende llegar a un rango de cifras, sino también a establecer todo un proceso de análisis del modelo de negocio y de establecimiento de un business plan, de tal forma que el valorador es, en primera instancia, un consultor necesario y guía del emprendedor.