2014, un año de volatilidad

 Miguel Ángel Bernal es profesor y coordinador del departamento de investigación del IEBPara muchos analistas y estrategas económicos, 2014 tiene una característica común en materia de inversión y evolución de los mercados financieros: la volatilidad.La volatilidad no es más que movimientos bruscos del precio de cotización de un activo.  Identificada con el riesgo, cuanto mayor sean los bandazos del precio, mayor volatilidad y viceversa. Es un concepto básico dentro de la gestión de activos, pues el objetivo de la misma es la maximización del binomio rentabilidad-riesgo.En el presente ejercicio se suceden una serie de noticias que apuntan a un aumento de la incertidumbre, lo que es sinónimo de volatilidad.  En primer lugar, tenemos un cambio de orientación en la política monetaria de la FED El Banco Central americano mediante el tapering está frenando la política monetaria expansiva que ha venido llevando a cabo en los últimos seis años. Hasta el momento, los mercados emergentes se habían beneficiado de este esquema, vivían de la llegada de financiación fácil y a muy bajo precio, pero durante este periodo idílico muchas de estas economías no han fortalecido su demanda interna ni han llevado a cabo las reformas necesarias.Las carteras que antes tenían una sobreexposición a estas áreas, pasan ahora a recomendaciones de neutralidad, en el mejor de los casos, si no a infraponderación. A su vez, la situación de los países emergentes se complica aún más, pues son altamente dependientes de donde se sitúe el ciclo económico chino.  China es el máximo consumidor de los productos que exportan el resto de economías emergentes  y existe un freno a su crecimiento, como nos ha mostrado el último dato de PMI manufactureroEsta situación de dificultad y el cambio de percepción inciden en la dicotomía renta fija o renta variable. Ya no aparece la renta fija, especialmente la de alta solvencia como es la deuda pública alemana, como un activo a estar presente en las carteras. Si se trata de buscar rentabilidad, la evolución del precio de estos activos puede ser decepcionante y desmotivadora de cara a mantenerla en cartera.Hasta que punto no habrá cambiado la visión económica que antes el euro era una divisa que sufría tensiones cuando hablamos de riesgo, cuando ahora, por el contrario, nos llegamos a preguntar si el euro se ha convertido en una divisa refugio. En definitiva, parece que la volatilidad va a estar presente, no tanto por incremento del riesgo, sino por un cambio estratégico de las carteras de inversión, motivado un cambio de escenario económico.