El entorno macroeconómico de la industria financiera en 2020

próxima crisis económica

Por Aurelio García del Barrio, Secretario General y Director del MBA con Especialización en Finanzas del IEB.

La expansión del PIB ha perdido prácticamente un tercio de su vigor desde 2016 al situarse actualmente en el entorno de +2% vs +3% hace 3 años. El origen de la desaceleración se encuentra en la pérdida de vigor del Sector Exterior a partir, sobre todo, del 4ª trimestre del 2018, probablemente debido a la desaceleración del resto de economías europeas.

Pero se ha pronunciado a partir del primer trimestre del 2019 coincidiendo con la brusca elevación de +22,3% del Salario Mínimo Interprofesional (desde 735,9€/mes hasta 900€/mes), que probablemente haya tenido un impacto directo en la competitividad exterior relativa.

La expansión del PIB español ha pasado a depender casi exclusivamente de un consumo privado que lleva demasiado tiempo presionado por una carga fiscal excesiva. Es preciso acometer las reformas estructurales pendientes, como las pensiones o la dimensión (y el coste) del sector público antes de que su impacto sobre el crecimiento económico y las ratios de endeudamiento agraven la situación, colocando a la economía española en una situación de desventaja competitiva.

Ha llegado el momento en que la política fiscal (es decir, bajadas de impuestos) y la política económica (es decir, reformas estructurales dirigidas a mejorar la competitividad) tomen el relevo a la ya casi exhausta política monetaria. En definitiva, los indicadores reflejan indicios de agotamiento y el patrón de la economía española se ha vuelto vulnerable. Salvo la introducción de medidas específicas, entramos en una etapa en que los niveles de crecimiento inferiores al 2% serán la nueva normalidad.

Y ¿cómo le afecta esta situación a la industria financiera? En términos de tipos de interés, el efecto que han producido los tipos cero al sector financiero, se traduce en que los márgenes se han estrechado y ha aumentado la presión para que haya concentración en el sector.

La materia prima del sector financiero es el dinero. Así que, cuando el dinero no vale nada, ¿cómo pueden lograr beneficios los bancos, las aseguradoras o los gestores de inversiones? Las soluciones no son evidentes. Los tipos cero han acelerado los procesos de concentración bancaria (cuando se fusionan varias entidades pueden reducir sus costes y mejorar su rentabilidad) y han llevado a las aseguradoras a buscar un mix de producto en el que tuvieran menos peso los seguros de vida-ahorro, muy condicionados por los tipos de interés. El sector de la gestión de activos se ha visto, además, obligado a apostar por fondos más baratos y productos alternativos para tratar de arañar algo de rentabilidad.

Algunas patronales del sector, especialmente las alemanas, han empezado a hacer sonar las señales de alarma por la prolongación indefinida de los tipos bajos. Esto está provocando una debilidad tan grande en el sector bancario que está haciendo que se resienta la correa de transmisión de la política monetaria: bancos tan endebles que no consiguen que los bajos tipos de interés lleguen a todos los particulares y empresas que quieren financiación barata.

Los tipos cero están provocando muchas distorsiones y riesgos morales. Se premia en exceso al endeudo y se penaliza al ahorrador. Ningún sector ha sufrido tanto por los tipos bajos como los bancos. Su negocio consiste en captar recursos (vía depósitos o con emisiones de deuda) y prestarlo a particulares y empresas, a un precio mayor. Una de las principales métricas de gestión de la industria es el margen de intereses, la diferencia entre lo que les cuesta el dinero y los intereses que ingresan por dar crédito. Es una de las principales señales de la salud de una entidad, pero en España, y también en Europa, lleva cinco años a la baja.

El anuncio por parte del Banco Central Europeo (BCE) de que va a prolongar de forma indefinida su política de tipos cero ha sido un jarro de agua fría para el sector. En los últimos cinco años, la cotización bursátil de los 60 mayores bancos europeos se ha desplomado de media un 23,8%. La pérdida de valor habría sido mayor si no hubiera sido por la aportación positiva de filiales fuera de la zona euro. El sector cotiza con un descuento del 30% sobre su valoración en libros, y en el caso de entidades como Bankia, el descuento roza el 60%.

Para tratar de fomentar que los bancos presten más dinero a la economía real, el BCE estableció en 2016 un tipo negativo en la facilidad de depósito. ¿En qué consiste esta medida? En que a las entidades les penaliza llevar sus puntas de liquidez al banco central, porque les cobra un 0,5% anual. Esta medida se ha prolongado tanto tiempo que el sector se ha visto obligado a aplicar un coste en los depósitos de los grandes clientes: corporaciones, gestoras de fondos, administraciones, etc.

De acuerdo con los cálculos de la Asociación de Bancos Alemanes, los tipos cero le costaron a la banca el año pasado 7.500 millones de euros. Además, la política monetaria se ha juntado con varios reveses judiciales que han ampliado su efecto. Es el caso de las cláusulas suelo. Era una salvaguarda del sector para seguir ganando dinero, aunque los tipos del BCE estuvieran en mínimos históricos. La justicia tumbó la inmensa mayoría por considerarla una cláusula abusiva, y la banca tuvo que devolver miles de millones de euros que había cobrado de más.

Ahora, la estrategia hipotecaria pasa por comercializar hipotecas a tipo fijo. Mientras el precio del dinero siga tan bajo, al menos se garantizan un margen en los créditos, algo que con los tipos variables casi no tenían.

Pero este tipo de medidas paliativas no son suficientes. Para tratar de sobrevivir en la era de los tipos negativos, el sector ha buscado reconvertirse y buscar otras fuentes de ingresos, más allá de los préstamos. Desde hace cinco años, todas las entidades han puesto el foco en negocios generadores de comisiones, como es la venta de pólizas de seguros, fondos de inversión y planes de pensiones. En algunos casos, como CaixaBank, esta ha sido la gran tabla de salvación del grupo.

De todas formas, las medidas parecen insuficientes. La expansión de las políticas de bajos tipos de interés aboca a la banca a una nueva ronda de fusiones. Es la única forma que tienen para seguir siendo rentables.

 

Artículo extraído del informe

Los desafíos del sector financiero para 2020