¿Qué necesita el empresario español en materia de educación?

Por D. Álvaro Martínez-Echeverría y García de Dueñas, Director del IEB (Instituto de Estudios Bursátiles).

El llamado “Hombre del Renacimiento”, al que injustificadamente se le viene considerando el principal prototipo de quiénes poseían una “polimatía” dominadora de un amplio campo de saberes, probablemente dejó de existir, o al menos dejó de mostrarse eficaz, precisamente cuando finalizó el Renacimiento. Mantengo que esa positiva consideración intelectual del hombre renacentista no está justificada porque individuos capaces de desenvolverse con seguridad en diferentes ámbitos del conocimiento ya existieron muchos siglos antes de que comenzara esa etapa histórica. Y considero que ese individuo multidisciplinar perdió eficacia porque la apertura de nuevas rutas comerciales, el descubrimiento –alumbrado por España- de la verdadera amplitud del Mundo y el posterior desarrollo científico e industrial, comenzaron a exigir profesionales con habilidades cada vez más específicas cuyo aprendizaje impedía abarcar excesivas disciplinas.

En nuestros días, ese alto nivel de especialización para cada actividad convierte en imposible la pretensión de cualquiera que, estando al frente de una organización, intente abarcar con eficacia el discernimiento sobre todas las decisiones. Es evidente que las resoluciones finales sobre la estrategia empresarial siempre corresponden a quién hace cabeza, pero si éste desea acompañar con la prudencia su potestad decisoria, necesitará rodearse de equipos de profesionales con capacitaciones específicas en la ejecución, escuchar sus opiniones y discrepancias y, en base a todo ello, decidir.

Por este motivo, aquel que tenga la responsabilidad de dirigir una empresa de cierto volumen, procurará apostar por la formación permanente de sus cuadros directivos y empleados para que sus tomas de decisión no padezcan el problema de apoyarse en planteamientos convertidos en obsoletos por los constantes y acelerados cambios de la industria y los mercados.

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